El aprendizaje y dominio de un idioma envuelve un conjunto de habilidades en ocasiones complejas que, unidas, nos permiten desenvolvernos con más o menos naturalidad, fluidez, capacidad de comprensión y capacidad de comunicación.
Uno de los aspectos más determinantes para poder comunicarse correctamente radica en la pronunciación, un elemento al que en ocasiones no se presta la atención suficiente pero que, sin embargo, es clave para poner en práctica todos los aprendizajes más teóricos.
El inglés, como idioma de referencia a nivel mundial, es el genérico para todo tipo de usos, ya sean en el ámbito personal o profesional. Un viaje de ocio, de negocios, una reunión con representantes internacionales, etc. son entornos habituales en los que el inglés es el nexo de comunicación entre los diferentes interlocutores. Nuestra capacidad para entablar una conversación vendrá determinada, en gran parte, por la pronunciación. Si la dominamos, no solo nos permitirá hacernos entender y transmitir un dominio del idioma, sino que además reflejará una actitud de confianza y seguridad que nuestros interlocutores valorarán positivamente.
Esto es especialmente relevante en el terreno de los negocios: con una mala pronunciación y poca confianza al hablar, será complicado transmitir un mensaje firme y persuasivo en cualquier reunión o evento profesional.
Observemos a continuación algunas de las claves para mejorar nuestra pronunciación:
- Buena base de conocimiento del idioma: lógicamente, un buen punto de partida es el buen dominio de la gramática o el vocabulario en inglés, algo que nos ofrecerá más alternativas y fluidez a la hora de hablar.
- Fonética: es uno de los aspectos que más debemos trabajar en términos de pronunciación. El inglés cuenta con una fonética compleja en la que, por ejemplo, las vocales tienen múltiples formas de pronunciarse en función de las letras que tienen a su lado, o de la posición que ocupan en la palabra. Es, por lo tanto, un factor que hay que estudiar y trabajar para mejorar nuestra pronunciación.
- Seguridad y confianza: es una actitud importante que influye en la pronunciación, saber que estamos hablando bien y que no debemos caer en miedos. Cuando transmitimos seguridad aumentan las posibilidades de que nuestro interlocutor preste atención y nos entienda.
- Práctica del idioma: mejorar la pronunciación necesita mucha práctica. Es importante practicar para trabajar los puntos de mejora, corregirlos y aplicarlos en nuestra forma natural de hablar el idioma. Acostumbramos a acumular muchos ‘vicios’ de pronunciación que, si no los corregimos, siempre permanecerán y supondrán un obstáculo en nuestra comunicación oral.
- Escuchar a nativos: otro interesante refuerzo para mejorar nuestra pronunciación es practicar o escuchar a nativos que realizarán una perfecta comunicación en inglés y nos ayudarán a retener cómo encadenar los fonemas para que nuestras conversaciones fluyan y sean entendibles.
Un perfecto recurso para mejorar nuestra pronunciación en inglés es el taller de fonética inglesa BBLsaʊnd®, organizado por BBLTranslation. El taller va mucho más allá de un mero curso de conversación. El objetivo es que los participantes, principalmente procedentes del sector negocios, terminen la formación habiendo conseguido una evidente mejora de su pronunciación y, con ello, mucha más confianza y seguridad al hablar el idioma.
Los conceptos fonéticos y la práctica son las principales herramientas del curso, que se realiza en grupos reducidos de máximo 8 personas para brindar una atención lo más personalizada posible a cada una de ellas.
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