España es un país receptor de personas llegadas de muchas procedencias que establecen aquí su residencia. Las diferentes olas migratorias hacen que, en cada época, las demandas de traducción a diferentes idiomas puedan variar y existen comunidades muy amplias que hacen que estos servicios sean cada vez más importantes. Un buen ejemplo actual son los idiomas que hablan los refugiados que llegan a Europa, donde encontramos lenguas como el pashto, el dari, el kurdo o el árabe. Junto a ellas, encontramos otras con una alta demanda de traducción en los últimos años en España.
Hoy queremos centrarnos en el urdu, una lengua indoaria perteneciente a la familia de las lenguas indoeuropeas. Es el idioma oficial de Pakistán y uno de los 24 idiomas oficiales de la India. Debido a la inmigración también se habla en Bangladés y, en menor medida, en el Reino Unido, Afganistán, Omán, Catar, Nepal, Fiyi, Malaui y Mauricio.
Aunque su origen es difícil de precisar, algunos textos literarios indios del siglo XVI recogen la expresión «zaban-e-urdu» para referirse a la lengua hablada en el campo, la corte y la ciudad. Su presencia en Pakistán es el resultado de los asentamientos de refugiados musulmanes tras la partición de la India británica en 1947, de la cual formaban parte los actuales países Bangladés y Pakistán.
El urdu se basa en el alfabeto árabe (28 letras), al que se añaden cuatro letras del persa y cuatro letras propias. Gramatical y morfológicamente es muy parecido al hindi. De hecho, académicamente se consideran dos registros lingüísticos de una misma lengua, pese a que muchos hablantes de ambos creen que son dos lenguas totalmente distintas.
La onceava lengua más hablada del mundo
Según Ethnologue, uno de los catálogos más completos de lenguas vivas del mundo, más de 162 millones de habitantes del planeta hablan urdu. Esta cifra la convierte en la onceava lengua más hablada, en posiciones cercanas al alemán y al japonés. De esta cifra, unos 68 millones la tienen como lengua nativa y unos 94 millones, como segunda lengua. Si consideramos a los hablantes nativos, el urdu está entre los 20 idiomas más hablados del mundo, con datos similares al turco, italiano y chino cantonés.
En el Estado español, los flujos migratorios de las últimas décadas han supuesto un incremento de la población proveniente de una gran variedad de países, entre los que se encuentran India y Pakistán. A ellos se suman otros países que han hecho crecer la demanda de traducción de lenguas como rumano, árabe, búlgaro, chino mandarín, polaco, ruso, inglés, italiano, portugués, ucraniano y algunas lenguas del África Subsahariana como el wolof, el mandinga y el soninké.
El caso de Cataluña es especialmente interesante a la hora de analizar la demanda de traducción. Las lenguas más utilizadas por los inmigrantes son el árabe, el amazigh o bereber, el rumano, el chino mandarín, el inglés, el francés, el urdu, el panyabí y el albanés. Con una población de más de 47.000 habitantes, los pakistaníes representan el 4 % de la población inmigrante y el 0,6 % de la población total y son el séptimo colectivo por nacionalidad más numeroso de Cataluña. Por su lado, la representación de habitantes de la India roza casi los 20.000; un 1,7 % de la población venida de fuera y un 0,3 % de la población total.
Llegados durante los años setenta y ochenta, el crecimiento más importante de la población pakistaní se produjo a partir del año 2001. En el 2007, el 50 % de los paquistaníes del Estado español se encontraba ya en Cataluña, el 84 % concentrado en la comarca del Barcelonés, especialmente en las ciudades de Barcelona y Badalona. La mayor parte de ellos son oriundos de la provincia de Punyab y generalmente tienen como primera lengua el panyabí.
No obstante, el urdu predomina en los usos internos de la comunidad pakistaní, especialmente en los más formales, como los medios de comunicación intracomunitarios y, en consecuencia, también en las actividades de acogida dirigidas a este colectivo.
Esta nueva realidad social conlleva unas implicaciones de carácter lingüístico que se observan especialmente en el ámbito sanitario, jurídico y educativo y que han repercutido en el crecimiento de la demanda de traducción e interpretación. Por este motivo, cada vez es más necesario que los traductores, intérpretes y mediadores lingüísticos dominen la terminología específica de estos ámbitos para desempeñar un papel de gran utilidad en algunos de los sectores en los que es crucial saber gestionar las diferencias culturales.
Traducción jurada e interpretación consecutiva y de enlace en urdu
En BBLTranslation estamos atentos a las necesidades que genera el urdu como lengua de comunicación con la población pakistaní e india y ofrecemos un trabajo profesional integral especialmente en los campos de la interpretación consecutiva y de enlace, dos de los servicios más demandados.
En el primer caso, el intérprete actúa como enlace lingüístico entre dos personas que, en un momento determinado, no dominan el uso del mismo idioma y, por lo tanto, tienen dificultades para comunicarse entre sí. La interpretación consecutiva, por otro lado, se inicia con el discurso de un orador, cuya duración oscila entre cinco y diez minutos. Durante este tiempo, el intérprete toma notas de los principales conceptos. Cuando el orador hace la pausa, el intérprete reproduce exactamente el discurso del orador apoyándose en las notas que ha tomado mientras este hablaba. Esta es, sin lugar a dudas, la modalidad de interpretación más exigente.
Además, nuestro equipo de profesionales también ofrece servicios de traducción jurada en urdu para aquellos casos en los que las traducciones requieran un carácter oficial y garantiza la máxima calidad desde el punto de vista jurídico y lingüístico. La documentación se entrega al cliente en soporte papel, sellada y firmada por un traductor jurado. Los documentos más habituales son, entre otros: certificados de nacimiento, matrimonio o defunción, contratos, informes legales, dictámenes, títulos académicos, licitaciones, ofertas reservadas y adopciones internacionales.